
Las croquetas de queso manchego y jamón serrano ocupan un lugar muy especial en mi vida y en mi carrera culinaria. Esta receta tiene sus raíces en la tradición familiar, siendo un legado de la abuela de mi esposo, una mujer excepcional y muy luchona, que logró convertir ingredientes sencillos en auténticas joyas gastronómicas.
El año pasado, tuve el honor de incorporar este platillo al menú del restaurante Suspiro en San José, California, un espacio con un innovador concepto que fusiona las cocinas española y peruana. Este desafío, nuevo en mi trayectoria, representó un emocionante reto para armonizar ambos estilos culinarios. Las croquetas no solo destacaron por su sabor y textura, sino que rápidamente se convirtieron en uno de los favoritos de nuestros comensales, alcanzando el lugar de uno de los platillos más vendidos del restaurante.
Actualmente, me encuentro enfocada en nuevos proyectos apasionantes, incluyendo la apertura de mis propios conceptos gastronómicos, apoyando en la apertura de restaurantes, colaborando como chef ejecutiva en Zazil, y aportando mi experiencia como consultora culinaria en Jardín. En este artículo, quiero compartir la esencia de estas croquetas, un platillo que, más allá de su popularidad, honra las raíces familiares y el valor de las tradiciones.
Una receta con alma e historia
La historia de estas croquetas es un viaje lleno de sabor y significado. En la cocina de la abuela de mi esposo, este platillo representaba más que una simple comida. Era una forma de reunir a la familia, compartir risas y crear recuerdos. Desde que probé estas croquetas por primera vez, supe que llevarlas al menú de un restaurante sería una forma de compartir esa calidez con más personas.
El proceso de prepararlas siempre me recuerda que la cocina es, ante todo, un acto de amor. Desde la textura cremosa de la bechamel hasta el crujiente empanizado, cada elemento está pensado para ofrecer una experiencia reconfortante y deliciosa.
INGREDIENTES: EL EQUILIBRIO PERFECTO ENTRE LA TRADICIÓN Y LA CALIDAD
Para las croquetas:
100 g de virutas de queso manchego: Aporta profundidad y un toque salado inconfundible.
100 g de jamón serrano, picado finamente: Su sabor intenso complementa a la perfección el queso.
2 cucharadas de mantequilla: La base para una bechamel sedosa.
2 cucharadas de harina de trigo: Para dar cuerpo a la mezcla.
1 taza de leche: Idealmente entera, para un acabado más cremoso.
Nuez moscada al gusto: Acentúa los aromas y equilibra los sabores.
Sal y pimienta al gusto.
Pan rallado para empanizar: Para un acabado crujiente.
2 huevos batidos: Aseguran que el empanizado se adhiera perfectamente.
Aceite para freír: De preferencia neutro, como el de girasol.
Para la salsa de tomate especiada:
1 taza de puré de tomate: Mejor si es casero.
1 diente de ajo, picado: Aporta profundidad al sabor.
1/2 cucharadita de orégano seco: Da un toque mediterráneo.
1/2 cucharadita de chile en polvo: Añade un ligero picor.
Sal al gusto.
Preparación: Detalles para un resultado impecable
Croquetas:
Bechamel perfecta:
Derrite la mantequilla en una sartén a fuego medio.
Añade la harina y cocina por 2-3 minutos, revolviendo constantemente.
Incorpora la leche gradualmente, batiendo para evitar grumos.
Agrega el queso manchego, jamón serrano, nuez moscada, sal y pimienta. Cocina hasta que la mezcla sea homogénea.
Formado y empanizado:
Deja enfriar la masa en el refrigerador por al menos 2 horas.
Forma las croquetas y pásalas primero por huevo batido y luego por pan rallado.
Fritura:
Fríe en aceite caliente hasta que estén doradas. Escurre sobre papel absorbente.
Salsa:
Sofríe el ajo en una sartén con un poco de aceite.
Añade el puré de tomate, el orégano, el chile en polvo y la sal.
Cocina a fuego bajo por 10-15 minutos.
Tips adicionales de Chef Yerika:
Textura ideal de la bechamel:
Si buscas una textura más ligera, puedes reemplazar una parte de la leche con caldo de pollo o vegetales.
Si prefieres una mezcla más espesa para facilitar el formado de las croquetas, cocina la bechamel un poco más hasta que se despegue fácilmente de las paredes de la sartén.
Variedad en el empanizado:
Prueba usar panko en lugar de pan rallado tradicional para obtener una croqueta más crujiente y ligera.
Agrega queso parmesano rallado al pan rallado para un toque extra de sabor.
Formado uniforme:
Usa una cuchara para helado para porcionar la masa de forma uniforme antes de darle forma con las manos.
Moja tus manos ligeramente con agua o aceite para evitar que la mezcla se pegue al formarlas.
Control de temperatura al freír:
Asegúrate de que el aceite esté a una temperatura de 180°C (356°F) para que las croquetas queden doradas y no absorban demasiado aceite.
Fríelas en pequeñas tandas para evitar que la temperatura del aceite baje y queden grasosas.
Personalización del relleno:
Añade hierbas frescas como perejil o cebollín picado a la mezcla para un sabor más fresco.
Incorpora pequeños cubos de vegetales asados, como espárragos o champiñones, para una versión más innovadora.
Salsa para maridar:
Además de la salsa de tomate especiada, puedes preparar una salsa alioli o una mayonesa de ajo y limón para un contraste de sabor.
Una reducción de vino tinto también puede ser una opción elegante para acompañarlas.
Tiempo de reposo antes de freír:
Una vez empanizadas, refrigera las croquetas durante al menos 30 minutos antes de freírlas para que mantengan mejor su forma.
Presentación de impacto:
Sirve las croquetas en un plato grande con un ramequín pequeño de salsa en el centro y decora con hierbas frescas como tomillo o romero.
Para un toque más gourmet, utiliza platos oscuros que contrasten con el dorado de las croquetas.
Congelación para practicidad:
Coloca las croquetas ya empanizadas en una bandeja, congélalas por 1 hora y luego transfiérelas a una bolsa hermética. Así estarán listas para freír directamente desde el congelador.
Toque picante opcional:
Incorpora una pizca de pimentón picante o chile en polvo a la mezcla de pan rallado para darle un toque atrevido al empanizado.
Ideas para acompañar:
Una ensalada fresca de rúcula y peras con vinagreta de miel y mostaza equilibra la intensidad de las croquetas.
Puré de papas al ajo como guarnición suave y reconfortante.
Para maridar, un vino blanco seco como un Albariño o un cava resalta los sabores del queso y el jamón.
Estos tips y recomendaciones te permitirán elevar esta receta clásica a un nivel completamente nuevo, destacando en cualquier ocasión en la que decidas prepararlas.
Estas croquetas no son solo un platillo, sino un vínculo entre generaciones y un testimonio del poder de la cocina para crear momentos memorables. Desde su éxito en Suspiro hasta las mesas de los hogares que las preparan, estas croquetas siguen siendo una celebración de tradición, sabor y creatividad.
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